Ayer pudimos disfrutar en el cole del concierto de música africana previsto.
La verdad es que fue una experiencia enriquecedora, no solo por el disfrute de las músicas y los bailes, sino por la información aportada sobre instrumentos, usos y costumbres de tan remotas tierras.
Pudimos comprobar cómo las calabazas sirven para mucho más que para hacer purés y cremas, cómo el baile es una forma de expresión, celebración y comunicación, y no solo una expresión artística, cómo los mismos instrumentos tienen tanto el poder de relajar como el de activar y animarnos al movimiento,...
La verdad es que fue una grata experiencia que disfrutamos bajo un sol de justicia que nos permitió una mejor inmersión en el ambiente al que fuimos transportados al ritmo de músicas lejanas y ancentrales, traídas desde las tierras donde se sitúa el origen de nuestra especie.
Os dejo algunos recuerdos.
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